No distingues entre el animal domestico o bestia salvaje
si es de día y ves las estrellas o es de noche y el sol te calienta
no distingues entre el avión que vuela y el ave que regresa
Es una metamorfosis letal, pasional y voraz
sus manos dominan tu moral
sus besos y caricias nublan la razón
y cualquier tipo de religión
Un sin fin de culpabilidad
y un mar de gritos pidiendo más
un éxtasis de dolor colateral
y una lluvia de neón hormonal
Pierdes el control
entre aullidos y desesperación
paredes que tiemblan de sudor
el eco del pecado retumba sin compasión
El tiempo se congela
hasta que pasa la tormenta
y con la luna se complementan
entre las sombras y la tibieza
Una vez sale el sol
florece cada temor
entre el agotamiento
y la falta de amor
Preguntas su nombre
pero su figura se desvanece
esperas la noche
para de nuevo bailar con la muerte
Entre colores y alcohol
finges ser feliz
para evadir cada sueño olvidado
y recordar que el mundo te ha olvidado
(Publicado en la revista, La Astilla en el Ojo en su segunda edición)
lunes, 4 de febrero de 2013
Lucifer (Mea Verum Originem)
Han pasado
miles de años desde aquel entonces, donde solía ser luz, esperanza y salvación.
El mundo lo sentía perfecto, a mis ojos y a mis pies realmente lo era, pero todo cambió esa noche, en la que en sus ojos
vi un paraíso cargado de frenesí, sus labios dibujaron en mi cuerpo un camino
en dirección contraria a la que por mucho tiempo había transitado, y decidí
renunciar a mi naturaleza. Lilith y su amor umbrío, como boca de lobo me
sedujeron condenándome al destierro.
Una vez ocurrió esto, fui parte de este mundo material, viviría eternamente pero en la oscuridad y desde ese momento sólo he visto siglos de decadencia y un dolor que juega con mi supervivencia. Recuerdo mis alas y la nostalgia inunda mi soledad, el tiempo y la vida no perdonan y ahora sólo me abraza un taciturno silencio, un error que jamás he podido convertir en acierto.
Una vez ocurrió esto, fui parte de este mundo material, viviría eternamente pero en la oscuridad y desde ese momento sólo he visto siglos de decadencia y un dolor que juega con mi supervivencia. Recuerdo mis alas y la nostalgia inunda mi soledad, el tiempo y la vida no perdonan y ahora sólo me abraza un taciturno silencio, un error que jamás he podido convertir en acierto.
También
recuerdo cuando las manos de la luna acariciaban mi alma, la lluvia era
tranquilidad y el miedo aprendizaje y sabiduría, la oscuridad no existía y el
fuego de mi canto que evocaba pasión y alabanza no significaba el infierno,
pero ahora mis labios besan cada noche un lamento, entendiendo que todos
nosotros somos las decisiones que tomemos.
Yo renuncié a
vivir en un paraíso perenne por tan poco y tan fugaz. Veo a quienes viven derredor a mi dolor que
es la humanidad, son la última canción pero se dedican a jugar con la muerte y
no se dan cuenta que de sus acciones depende el futuro, uno en donde el sol tal
vez, quizás dejará de palpitar.
Ahora mis
temores aguardan en aquella esquina de Ámsterdam, esperando el momento para
destruirme, para recordarme lo frágil que soy, sin embargo dejando a un lado mi
realidad fatalista y deplorable, hay algo que no he dejado de sentir y es que
encuentro un punto de coincidencia entre el Olimpo en el que viví y el pecado
que cometí; el primero es un santuario de amor y mi error yo lo cometí por ese
mismo sentimiento… amor, uno diferente y prohibido ante los ojos del Edén, pero
amor puro, fuerte, real y cuasi humano.
Veo a Lilith
danzar por las calles del pecado gozando de su traición, se aprovecha de su
belleza y la maldad reemplaza un par de vacíos con los que aun no ha querido
enfrentarse. Yo por mi parte he aprendido a disfrutar de pequeños detalles que
antes no eran nada y ahora lo son todo. Tal vez en algún momento, el viento
decida soplar a mi favor y se lleve muy lejos esta melancolía que me abraza
perdiendo la noción de la noche y el día, que me acongoja y me hace sentir
miserable.
A través de
los años y la historia he sido convertido en un mito de lujuria, maldad, fuego
y perdición, cuando realmente no lo soy. Quiero que entiendan que soy una mala
decisión, un arrepentimiento y un gran dolor, y ante tal situación debo asumir
el rol de ser un estoico sensato, sintiendo cómo cada día muero una y otra
vez.
En estos
tiempos flamantes que todos se han ido a un extremo siendo consientes de lo
inconsciente, de situaciones efímeras y hedonistas, pienso que fui el primer
castigado pero no el último, y que a mi alrededor sólo siento olvido y
desolación, tal y como en este momento se ha de estar sintiendo aquel mismo
excelso ser que un día me desterró.
Aire
Aire, quiero ser aire
enséñame a viajar de un lado a otro
enséñame a no ser dueño ni ser esclavo
enséñame a cantar en silencio
enséñame a bailar por paisajes espesos
Aire, quiero ser aire
vivir en la perdición saliendo ileso
vivir en la oscuridad sin salir corriendo
vivir amando pero sin sufrir en el intento
vivir e irme del dolor muy lejos
Aire, quiero ser aire
caminar por los cielos antes de acostarme
caminar por el universo de la mano con mis sueños
caminar por el agua sin temor ahogarme con tus misterios
caminar por el mundo sin miedo a perderme y sin miedo a
perder.
Aire, creo que no puedo ser aire
así que arrastra mis errores y recuerdos, como hojas secas
antes de invierno
y déjame reposar en tus brazos, hasta que esté preparado
para volver a nacer e intentarlo una y otra vez.
Los Silencios De Fénix
Los silencios de fénix
son el amor de unos y el odio de otros
la locura de ustedes y los errores de mi presente
son historias de vida hechas en palabras
secretos, no tan secretos
silencios que son como ecos
son...
música mental
latidos que viven en la oscuridad
sueños y fantasías
relatos y poesías
son...
experiencias, pensamientos e imaginación
lo que el viento trae y se lleva
sueños, momentos, recuerdos
lo que mi corazón quiere que sepan
soy un poeta fénix
nace y muere muchas veces
pero resurge de las cenizas
para vivir de nuevo más intensamente
mis sentimientos me permiten volar
mis letras permiten conquistar mi soledad
¡¡Esto es para mi y para ustedes!!
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